Amanita muscaria.
En uno de mis paseos por el monte de Brañarronda encontré lo que para
los niños era la casita de los duendes y enanitos. Se trataba de la seta
Amanita muscaria, un hongo basidiomiceto del orden Agaricales, conocido
popularmente como Matamoscas o Falsa Oronja.
Como siempre saqué unas fotos y ya en casa empecé a buscar algo más de información sobre esta
seta. Lo descubierto me pareció tan “alucinante” que decidí escribir este
pequeño post.
Para empezar, el nombre “muscaria” viene del latín
musca que significa mosca. Se debe a la interacción de este hongo con los
insectos, dado que paraliza temporalmente a los insectos que se posan sobre él.
Se trata de una seta psicoactiva.
En sus primeros estados presenta un sombrero globoso
de color rojo intenso con unas granulaciones blancas, que con el desarrollo se
vuelve plano y algo más anaranjado. Su tamaño varía entre los 10 y los 20
centímetros, con un sombrero de diámetro similar y un pie, de 1 a 3 cm. de grosor.
La primera vez que se documenta este hongo como
alucinógeno es en 1730, aunque lo cierto es que ya está presente en leyendas
como las del pueblo koryak. En dichas leyendas se habla de un héroe llamado
Gran Cuervo, que sacó una ballena del mar pero que no pudo devolverla al
océano por su gran peso. En su ayuda apareció el dios Vahiyinin y le dijo que
comiera espíritus de wapaq para conseguir la fuerza que le hacía falta, y así
lo hizo. El wapaq era y es nuestra amanita.
En Siberia eran consumidos por los chamanes de ciertas
tribus, de hecho no conocían otros intoxicantes hasta que los rusos
introdujeron el alcohol. Una vez secados al sol, cosa que potencia su efecto,
podían consumirse de diversas maneras, siendo posiblemente el origen del
ritual de beber orina… . Parece que los principios psicoactivos (principalmente el muscimol)
son filtrados por el riñón rápidamente, llegando a la vejiga aún activos y por
tanto produciendo una orina alucinógena. El chamán se comía la seta y repartía
orina “mágica” a los invitados. También hervían los hongos produciendo una
bebida alucinógena.
Como en la leyenda de Gran Cuervo, el consumidor
siente que cualquier esfuerzo físico lo realiza de forma sencilla, dado que
otro de los efectos es elevar el tono muscular.
Pero como todo lo que parece bueno, tiene un lado
oscuro y peligroso. En grandes cantidades puede inducir el coma, siendo
tóxica para el intestino y el hígado. En casos extremos produce la muerte.
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