En los últimos años asistimos a un auge y consumo
exponencial de los llamados "productos naturales". De todos estos,
los derivados vegetales y fúngicos son empleados en la cultura culinaria y en
la farmacopea de los países orientales (especialmente China y Japón) desde
tiempo inmemorial. Sin embargo, en Occidente, donde somos poseedores de un rico
acerbo oral y escrito sobre las acciones medicamentosas de las plantas,
carecemos del mismo bagaje en lo referente a los hongos, posiblemente debido a
que estos fueron siempre considerados en nuestro entorno bajo una visión pobre
y dicotómica (o comestibles o tóxicos) y nunca se han abordado desde la
perspectiva medicinal o sanadora. Y, como consecuencia, nuestros conocimientos
sobre el tema han de ser prioritariamente teóricos, recogiendo la experiencia
de autores tan reconocidos como Denis R. Benjamin (“Mushrooms: Poisons and Panaceas”),
Christopher Hobbs (“Medicinal Mushrooms”), David Arora (“Mushrooms
Demystified”) o Paul Stamets (“Growing Gourmet and Medicinal Mushrooms”) entre otros
muchos. En dichos textos, estos micólogos recopilan los múltiples estudios
realizados y esquematizan con sabiduría las acciones benéficas de los hongos.
Sin embargo, hemos de indicar, no obstante, que se observa en los mismos una
tendencia unívoca y hasta obsesiva: su utilización en la guerra
anticancerígena. Y es hora de indicar ya que, hoy por hoy, esa batalla,
empleando como única arma ofensiva los hongos, sólo se ha ganado en la
experimentación animal, aún cuando es justo reconocer que se han abierto muchas
expectativas en el campo investigador que pueden dar sus frutos en un devenir
cercano; ello no es óbice para recordar que muchos trabajos publicados carecen
del más mínimo método científico, fundamentándose en puro empirismo; en este
sentido, si recorremos el listado que nos ofrece la base de datos Medline vemos
que, desde 1980 hasta nuestros días, aparecen escasos artículos médicos con la
temática que hoy nos ocupa y, además, como era hasta cierto punto lógico y
esperable, han sido realizados mayoritariamente en Extremo Oriente.
Antes de
proseguir, es inexcusable reseñar que determinados hongos medicinales que
aparecen en nuestros bosques (p.e.
Ganoderma lucidum o Coriolus
versicolor) no se pueden consumir ni directamente ni mediante tratamiento
culinario convencional (consistencia leñosa) y, además, precisan una esmerada y
aséptica elaboración farmacéutica (no sólo se emplea el carpóforo sino también
el micelio, realizándose un extracto purificado de la mezcla), siendo
aconsejable adquirirlos bajo una forma galénica legitimada y en
establecimientos garantizados.
En esta entrada hablaré especialmente de los
llamados “Tres hongos del Emperador”, venerados por los pueblos orientales y
base de su medicina tradicional, como son: el REISHI (Ganoderma lucidum), el
SHIITAKE (Lentinus edodes) y el MAITAKE (Grifola frondosa). Estas tres especies
se enmarcan dentro de los productos naturales que presentan “acción
adaptógena”, es decir, estimulantes inespecíficos de la inmunidad.
REISHI
(GANODERMA LUCIDUM): Su forma es tan característica que en castellano se le
conoce con el nombre popular de “pipa”; se trata de una poliporácea
inconfundible y fotogénica, cuya cutícula simula estar lacada y zonada. En
Japón se consiguen hasta seis variedades y, según el color predominante, se
deriva un uso medicinal específico. Sus efectos farmacológicos son múltiples y
evocan una auténtica panacea: analgésico, antialérgico, preventivo del asma y
bronquitis (expectorante y antitusivo), antibacteriano (especialmente activo
frente a estafilococos y estreptococos), como antioxidante eliminando los
radicales hidroxilo libres que son los causantes del envejecimiento y muerte
celular (razón por la que se le ha denominado eufemísticamente “hongo de la
inmortalidad o de los 10.000 años”), actividad antitumoral, efecto antiviral
(induciendo la producción de defensas inespecíficas e interferón), acción
hipotensora y cardiotónica (favorece el metabolismo miocárdico mejorando la
hemodinámica coronaria y disminuyendo los dinteles de colesterol), protector y
desintoxicante hepático (anti-hepatitis B), protección frente a las radiaciones
ionizantes y actividad contra el virus de la inmunodeficiencia humana (VIH).
SHIITAKE
(LENTINUS EDODES): Es el hongo medicinal legendario en la cultura china y
japonesa y el más conocido en nuestro país y, aunque aquí no crezca de forma
natural, se va abriendo camino su industrialización y consumo. Se puede
utilizar desecado y añadirse a cualquier guiso, al que confiere un sabor
inconfundible.
Sin duda estamos ante un hongo con futuro en
todos los frentes (culinario y medicinal). En este último aspecto y, al igual
que el “Reishi”, sus efectos se ejercen en tres latitudes: disminuyendo los
niveles de lípidos en sangre (especialmente los triglicéridos), efecto
antitumoral e inmunológico (potenciando la actividad de los linfocitos y
macrófagos e incrementando los factores antitumorales inespecíficos: factor de
necrosis tumoral, lisozima, ceruloplasmina, etc.) y actividad antiviral.
MAITAKE
(GRIFOLA FRONDOSA): Sus propiedades son superponibles a los anteriores,
pero característicamente se han invocado: una acción hipoglucemiante (similar a
Calocybe gambosa o “seta de San
Jorge”), dinamizante (antifatiga crónica) y contra la rinitis alérgica
(polinosis).
PREPARADOS COMERCIALES
REISHI VIT FORTE: Extracto de Ganoderma lucidum
en forma de comprimidos.
MAN SHIITAKE: Extracto de Lentinus (=Lentinula)
edodes también en forma de comprimidos.
MYKOSTAR: Extracto triple (Reishi, Shiitake y
Maitake) en forma de cápsulas.
JALEA INMUNE-STAR: Asociación de jalea real con
alto contenido (2%) en ácido 10-hidroxidecenoico (10 D.H.A.) que es el factor
indicativo de su frescura y poder biológico (acción antibacteriana y
antitumoral) junto con extracto de Reishi, Shiitake y Maitake . Se presenta en
forma de ampollas bebibles.
AGRADECIMIENTOS - A Manolo Roncero, por su
precisa información.
TEXTO - José de Uña y Villamediana.- Especialista
en Medicina Interna y Neurología.
Como ayuda el
Ganoderma Lucidum contra el cancer
Desde hace años la preocupación por
encontrar una solución al cáncer está demostrando que muy poco se hace en lo
referente a la medicina convencional. Ha aumentado el gasto destinado a la
investigación contra el cáncer en los países desarrollados, sin embargo, muy
poco se hace para recurrir a la medicina natural, aquella que es la que dió
inicio a ésta desde hace siglos.
Durante centurias, la literatura japonesa y china
han resaltado a Ganoderma lucidum por
sus efectos vigorizantes de la salud, especialmente en lo concerniente al
incremento de la longevidad, al tratamiento del cáncer, la resistencia y la
recuperación de las enfermedades. Los guías himalayos lo han empleado para
combatir la enfermedad ocasionada por las grandes altitudes. Los indios Mayas
tradicionalmente lo usan para combatir una variedad de enfermedades
transmisibles. Reishi, como es llamado Ganoderma lucidum, ha llegado a ser
especialmente popular en años recientes entre los grupos de alto riesgo, los
infectados de VIH (Stamets,1993).
Sin embargo existen estudios e investigaciones
sobre algunos frutos, hierbas naturales que están alcanzando notoriedad y mucha
esperanza entre los científicos en la lucha contra esta enfermedad que afecta a
un gran porcentaje de la población mundial.
De Ganoderma se han aislado un grupo complejo de
polisacáridos que se reportan como estimulantes del sistema inmunológico,
aumentando la producción de monocitos, macrófagos y citoquinas. Una teoría es
que estos polisacáridos estimulan la producción de células “T” ayudantes, las
cuales atacan las células infectadas (Stamets, 1993).
La adicción a los narcóticos deprime las
funciones del sistema inmunitario. Se ha demostrado que los
polisacárido-péptidos de Ganoderma lucidum pueden restablecer el sistema
inmunológico deprimido por el uso de morfina y que puede ser potencialmente
benéfico en el tratamiento de cáncer. Los polisacáridos de Ganoderma lucidum
son quimiopreventivos, inhiben la formación de 8-hidroxideoxiguanosina que
representa un daño oxidativo en el DNA. La radioterapia, la quimioterapia y el
uso repetitivo de morfinas para remediar el dolor, aunque indispensables en el
tratamiento del cáncer pueden suprimir las funciones del sistema inmunológico.
El estrés y el envejecimiento también pueden causar el deterioro de esta
función (Liu, 1999 a).
Una inyección previa de un antioxidante de
Ganoderma, restauró casi al 100% todos los parámetros bioquímicos disturbados
por el uso de quimioterapia con adriamicina o cisplatina que induce
nefrotoxicidad por estrés oxidativo. La cardiotoxicidad inducida en ratas ha
sido revertida con extractos de Ganoderma con dosis de 125, 250 y 500
mg/Kg/día, durante 2 semanas. También se ha demostrado la reversión de la
función inmunológica por los polisacaridos de Ganoderma lucidum, cuando esta se
ha empeorado con mitomicina, 5 FU, citarabín, el estrés y el envejecimiento
(Liu, 1999 a).
Ganoderma lucidum puede curar cáncer, el síndrome
de fatiga crónica, la degeneración del hígado, desórdenes de la sangre
(Stamets,1993). Los extractos alcohólicos de Ganoderma lucidum inducen el
reposo del crecimiento celular y la apoptosis de manera selectiva sobre las
células tumorales, demostrado en casos de cáncer de pecho humano. Igualmente se
ha reportado que puede inhibir el crecimiento celular previniendo la transición
desde G1 hasta la fase S en células HeLa. Los extractos alcohólicos de
Ganoderma lucidum son capaces de inducir apoptosis en forma directa en células
de cáncer de pecho humano no a través del sistema inmunológico.
Los polisacáridos del extracto acuoso de
Ganoderma lucidum presentan actividad antitumoral mediada por citoquinas
liberadas de macrófagos y linfocitos T activados, especialmente Factor de
Necrosis Tumoral a (FNT a) e Interferón g (IFN g) (Hongbo et al., 2002). Los
polisacáridos de alto peso molecular aumentan los niveles de IL 1b, IL 2, IL 6;
tienen actividad antiviral preventiva, e hipoglicemiante .
AVISO:
La información contenida en este blog tiene carácter meramente informativo y no
puede ser considerada como sustitutiva de la prescripción, diagnóstico o
tratamiento médico.
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